Vincent Nichols acaba de ser nombrado Gran Chamán Arzobispo de Westminster, o, lo que es lo mismo, líder de los católicos en Inglaterra y Gales. Durante la ceremonia de instalación, su predecesor, el cardenal Murphy-O’Connor, describió la carencia de fe como "el mayor de los males" -mayor incluso que el "pecado" mismo-, y culpó al ateísmo de cuanta guerra y destrucción han asolado a la humanidad. El recién mitrado, por su parte, defendió en una larguísima homilía el "bien" de la fe frente a la "insidia" del laicismo, afirmando, entre otras simplezas, que la oposición entre fe y razón impide la "búsqueda de la verdad", y que los laicistas como Richard Dawkins, en su empeño por difamar a la religión, alientan la intolerancia, porque "la fe no puede ser un fenómeno privado".
En suma, el nuevo Arzobispo arremetió contra el laicismo y el ateísmo, advirtiendo que suponen una amenaza que está socavando los fundamentos de la sociedad británica. Fue aplaudido con entusiasmo por el rebaño asistente, atemorizado por tan apocalíptico sermón, que describía a la minoría católica cercada -por el mismo demonio- en un país crecientemente secularizado, pero que insinuaba a la vez la necesidad de un "diálogo respetuoso", "por encima de superficialidades y slóganes".
La omisión por parte del nuevo Arzobispo de cualquier referencia a los abusos perpetrados por el clero irlandés durante más de treinta años, un mal "endémico" que afectó a unos 35.000 menores, parece formar parte de las "superficialidades" aludidas. Nichols pretende quizá un "diálogo" en las alturas de la metafísica, donde la "razón" religiosa pueda lidiar en igualdad de condiciones con la ciencia, la lógica y la observación, y presentarse como un factor de estabilidad e integración social. Pero se cuela así una petición de principio inviable: que se obvie el papel histórico de la corporación criminal romana. El Arzobispo tuvo incluso la arrogancia de presentar como "valientes" a los abusadores confesos, en unas declaraciones previas a la ceremonia de instalación.
Hacemos nuestra la descripción que hace Dawkins de la teología cristiana como una construcción mental vacía de contenidos reales. Y añadimos la constatación de que el discurso alienado de ambos pájaros constituye un alegato por la teocracia y una amenaza a la libertad de pensamiento. La superstición mágico-religiosa está ganando terreno, y esas llamadas al "diálogo" -revestidas de milenarismo neo-gótico- resuenan como silbido de serpiente. Vincent Nichols y Cormac Murphy-O'Connor se han sumado a nuestra galería de fanáticos perseguidores; de nuevo, se comprueba la intención difamadora de la jerarquía católica y su estrategia de criminalizar a quienes no compartimos sus mitológicas fantasías. Les pedimos, por ello, una retractación pública.
Fuentes:
Archbishop of Westminster attacks atheism but says nothing on child abuse. Times On Line, May 22 2009.
New Archbishop of Westminster Vincent Nichols attacks secularists. Telegraph, May 22, 2009.
El arzobispo de Westminster alaba el "coraje" de los curas pederastas confesos. Info Lliteras, 22 de Mayo de 2009.
martes, 26 de mayo de 2009
miércoles, 15 de abril de 2009
El OADA contra Walter Mixa
“Las pasadas décadas han demostrado la inhumanidad del ateísmo a través de los regímenes del nacional-socialismo y del comunismo, con sus campos de concentración, su policía secreta y los asesinatos masivos” (Walter Mixa, Obispo castrense de Augsburgo, durante la misa de Pascua de 2009).
Una vez más, hemos de soportar por parte de un jerarca católico la acusación de “inhumanidad” dirigida al ateísmo, “ideología” que, según se encarga machaconamente la curia de repetir, se hallaría en el núcleo de los totalitarismos políticos del siglo pasado. Recurrió a una infumable cita de Fiodor Dostoievski (“Sin Dios todo está permitido”) para argumentar los peligros del ateísmo. Mixa dijo a sus fieles, además, que una sociedad “sin dios” es el “infierno en la tierra”, y que podría derivar en un régimen sangriento, al estilo de los de la Alemania nazi o el comunismo soviético.
Ratzinger, en la Carta Encíclica “Spe Salvi”, también cita al escritor ruso en su crítica del ateísmo. En ella, nos describe como personas “que han destruido totalmente en sí mismas el deseo de la verdad”, “que viven para el odio” y para las que “no habría ya nada remediable”. “La pretensión de que la humanidad pueda y deba hacer lo que ningún Dios hace ni es capaz de hacer –prosigue Benedicto XVI- es presuntuosa e intrínsecamente falsa”.
Sin embargo, lo que a nosotros nos parece “presuntuosa e intrínsecamente falso” es justo el discurso repetitivo de la iglesia católica al respecto. El totalitarismo nunca ha hundido sus raíces en la negación de los dioses; por el contrario, los ha fabricado y alimentado siempre con exquisita dedicación. Todo régimen sangriento celebra un permanente holocausto en su honor. Tanto el stalinismo como el nazismo obedecieron a patrones religiosos, con la exaltación de sus divinidades, la sumisión aceptada de sus fieles, la persecución del diferente y la negación de la libertad y de la autonomía individual. Pero dejaremos a un lado al soso de Iosiv Stalin, premiado a los 14 años con una beca en el seminario de Tifflis. Resumir aquí el contenido fideísta del capitalismo de Estado estaría fuera de lugar en un comunicado dirigido contra un obispo castrense alemán.
Walter Mixa practica la máxima de la propaganda goebbeliana, según la cual toda mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Y silencia así que el movimiento nazi, contrariamente a la opinión convencional, se inspiró en valores tan cristianos como el antisemitismo, el antimarxismo y el antiliberalismo.
Dijo Rosenberg que Jesús era un eje vital en la historia de Alemania. Y el cardenal Pacelli, alias “Pío XII”, lo sabía bien cuando aprobó y firmó un concordato con el Estado totalitario del partido de Hitler, al que veía como un baluarte contra el comunismo mundial. Las campanas de las iglesias tañían horas y horas cuando el ejército nacional-socialista obtenía algún éxito en Europa o en África, y los obispos católicos aconsejaban a los soldados que llevaran en las hebillas de sus cinturones el texto “Dios con nosotros”. Una carta pastoral, emitida en septiembre de 1939 por los obispos alemanes, declaraba: “"En esta hora decisiva exhortamos a nuestros soldados católicos a cumplir con su deber en obediencia al Führer y a estar dispuestos a sacrificar su entera individualidad. Hacemos un llamado a los fieles para que se unan en fervientes oraciones para que la Divina Providencia conduzca esta guerra al éxito bendito”.
También las dictaduras de Franco y de Mussolini recibieron la bendición eclesiástica, y la banca vaticana obtuvo jugosos beneficios del gobierno manejado por los nazis en Croacia. ¿Es entonces el ateísmo, “raíz de todo mal” según Roma, lo que inspira o puede inspirar un “régimen de terror”? ¿Era ateo Adolf Hitler cuando, en un discurso pronunciado en abril de 1922, habló de Jesús como del “verdadero Dios”? ¿O cuando en diciembre de 1926 afirmó que el objetivo del movimiento nazi era “traducir en hechos los ideales de Cristo”? Hitler no sólo leyó el Nuevo Testamento, sino que estaba inspirado por él. El atrevimiento infame del obispo Walter Mixa ahonda en la estrategia vaticana de la confusión y la mentira. Apenas hace un mes, el mismo Mixa comparó los crímenes del Holocausto con los “millones de abortos” voluntarios practicados en las últimas décadas, lo que le valió la reprobación del propio presidente de la Conferencia Episcopal Alemana.
Walter Mixa es un pelmazo y un bocazas. Representa, además, a la corporación religiosa más criminal que haya visto la historia. Desde el Observatorio Anti-Difamación Atea (OADA) no le instamos a rectificar, porque sabemos que su posición corresponde a la línea oficial vaticana y a la política integrista de Joseph Alois Ratzinger, el mismo que pronunció su primera misa como “Papa” el 20 de abril de 2005, aniversario del nacimiento de Adolf Hitler. El OADA, no obstante, quiere solidarizarse con las declaraciones de Rudolf Ladwig, de la organización atea alemana IBKA (Internationaler Bund der Konfessionslosen und Atheisten), y de Michael Schmidt-Salomon, de la Fundación Giordano Bruno. Según ellas, los comentarios de Mixa obedecen a la insostenible estrategia católica de falsificar sus relaciones históricas con el fascismo. Nada más tenemos que añadir.
Fuentes:
Spiegel on line, 13.04.09: German Bishop Links Nazi Crimes to Atheism.
Deutsche Welle, 13.04.09: German bishop: Atheism responsible for Nazis and mass murder.
The Trumpet, 16.04.09: Were the Nazis Atheists?
Una vez más, hemos de soportar por parte de un jerarca católico la acusación de “inhumanidad” dirigida al ateísmo, “ideología” que, según se encarga machaconamente la curia de repetir, se hallaría en el núcleo de los totalitarismos políticos del siglo pasado. Recurrió a una infumable cita de Fiodor Dostoievski (“Sin Dios todo está permitido”) para argumentar los peligros del ateísmo. Mixa dijo a sus fieles, además, que una sociedad “sin dios” es el “infierno en la tierra”, y que podría derivar en un régimen sangriento, al estilo de los de la Alemania nazi o el comunismo soviético.
Ratzinger, en la Carta Encíclica “Spe Salvi”, también cita al escritor ruso en su crítica del ateísmo. En ella, nos describe como personas “que han destruido totalmente en sí mismas el deseo de la verdad”, “que viven para el odio” y para las que “no habría ya nada remediable”. “La pretensión de que la humanidad pueda y deba hacer lo que ningún Dios hace ni es capaz de hacer –prosigue Benedicto XVI- es presuntuosa e intrínsecamente falsa”.
Sin embargo, lo que a nosotros nos parece “presuntuosa e intrínsecamente falso” es justo el discurso repetitivo de la iglesia católica al respecto. El totalitarismo nunca ha hundido sus raíces en la negación de los dioses; por el contrario, los ha fabricado y alimentado siempre con exquisita dedicación. Todo régimen sangriento celebra un permanente holocausto en su honor. Tanto el stalinismo como el nazismo obedecieron a patrones religiosos, con la exaltación de sus divinidades, la sumisión aceptada de sus fieles, la persecución del diferente y la negación de la libertad y de la autonomía individual. Pero dejaremos a un lado al soso de Iosiv Stalin, premiado a los 14 años con una beca en el seminario de Tifflis. Resumir aquí el contenido fideísta del capitalismo de Estado estaría fuera de lugar en un comunicado dirigido contra un obispo castrense alemán.
Walter Mixa practica la máxima de la propaganda goebbeliana, según la cual toda mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Y silencia así que el movimiento nazi, contrariamente a la opinión convencional, se inspiró en valores tan cristianos como el antisemitismo, el antimarxismo y el antiliberalismo.
Dijo Rosenberg que Jesús era un eje vital en la historia de Alemania. Y el cardenal Pacelli, alias “Pío XII”, lo sabía bien cuando aprobó y firmó un concordato con el Estado totalitario del partido de Hitler, al que veía como un baluarte contra el comunismo mundial. Las campanas de las iglesias tañían horas y horas cuando el ejército nacional-socialista obtenía algún éxito en Europa o en África, y los obispos católicos aconsejaban a los soldados que llevaran en las hebillas de sus cinturones el texto “Dios con nosotros”. Una carta pastoral, emitida en septiembre de 1939 por los obispos alemanes, declaraba: “"En esta hora decisiva exhortamos a nuestros soldados católicos a cumplir con su deber en obediencia al Führer y a estar dispuestos a sacrificar su entera individualidad. Hacemos un llamado a los fieles para que se unan en fervientes oraciones para que la Divina Providencia conduzca esta guerra al éxito bendito”.
También las dictaduras de Franco y de Mussolini recibieron la bendición eclesiástica, y la banca vaticana obtuvo jugosos beneficios del gobierno manejado por los nazis en Croacia. ¿Es entonces el ateísmo, “raíz de todo mal” según Roma, lo que inspira o puede inspirar un “régimen de terror”? ¿Era ateo Adolf Hitler cuando, en un discurso pronunciado en abril de 1922, habló de Jesús como del “verdadero Dios”? ¿O cuando en diciembre de 1926 afirmó que el objetivo del movimiento nazi era “traducir en hechos los ideales de Cristo”? Hitler no sólo leyó el Nuevo Testamento, sino que estaba inspirado por él. El atrevimiento infame del obispo Walter Mixa ahonda en la estrategia vaticana de la confusión y la mentira. Apenas hace un mes, el mismo Mixa comparó los crímenes del Holocausto con los “millones de abortos” voluntarios practicados en las últimas décadas, lo que le valió la reprobación del propio presidente de la Conferencia Episcopal Alemana.
Walter Mixa es un pelmazo y un bocazas. Representa, además, a la corporación religiosa más criminal que haya visto la historia. Desde el Observatorio Anti-Difamación Atea (OADA) no le instamos a rectificar, porque sabemos que su posición corresponde a la línea oficial vaticana y a la política integrista de Joseph Alois Ratzinger, el mismo que pronunció su primera misa como “Papa” el 20 de abril de 2005, aniversario del nacimiento de Adolf Hitler. El OADA, no obstante, quiere solidarizarse con las declaraciones de Rudolf Ladwig, de la organización atea alemana IBKA (Internationaler Bund der Konfessionslosen und Atheisten), y de Michael Schmidt-Salomon, de la Fundación Giordano Bruno. Según ellas, los comentarios de Mixa obedecen a la insostenible estrategia católica de falsificar sus relaciones históricas con el fascismo. Nada más tenemos que añadir.
Fuentes:
Spiegel on line, 13.04.09: German Bishop Links Nazi Crimes to Atheism.
Deutsche Welle, 13.04.09: German bishop: Atheism responsible for Nazis and mass murder.
The Trumpet, 16.04.09: Were the Nazis Atheists?
domingo, 12 de abril de 2009
El OADA contra Rainiero Cantalamessa
Rainiero Cantalamessa, franciscano, predicador de la "Casa Pontificia", arremetió el pasado viernes contra la campaña publicitaria "atea" de los autobuses. El Observatorio Anti-Difamación Atea (OADA) agradece algunas de sus logradas expresiones, en especial la que destaca que la campaña es "tal vez el más abierto desafío que se haya conocido contra la fe". Nos concede Rainiero a los ateos excesivos méritos. Discrepamos, pues, de tal atrevimiento. La citada iniciativa propagandista, por más que dude de la existencia de "dios", no puede ser proclamada "el más abierto desafío" al que se haya enfrentado su religión. Antes, y con mayor enjundia, su fe peligró ante la teoría copernicana, el atomismo, el materialismo, la medicina, el modernismo, el libre examen, el naturalismo, la libertad de prensa, el evolucionismo o la neurociencia, por citar sólo algunos de sus demonios familiares.
Pero Cantalamessa, además, manifestó que "Cristo provoca a las fuerzas del mal" y que éstas "llevarán a su rechazo y a su eliminación". Al establecer tal paralelismo, el predicador identifica a ateas y ateos con el concepto mitológico del "mal", ubicándonos en el opuesto extremo de la beatitud divina, y transmitiendo así a su audiencia la consigna de despreciar, odiar o rechazar a quienes carecemos de su fe. El mecanismo no carece de relación con anteriores condenas y amenazas, al judío, al hereje, al comunista o al masón, lo cual nos obliga a adoptar una actitud preventiva, habida cuenta del vigor con que el catolicismo romano suele defender sus dogmas.
Entre alguna que otra disquisición pascaliana, el franciscano ha afirmado que el ateísmo "es un lujo que se pueden permitir solo los privilegiados de la vida, los que lo han tenido todo, incluida la posibilidad de dedicarse a los estudios y a la investigación". Vaya. Así que, según él, los ateos y ateas, amén de cultos, disfrutamos de una cómoda posición económica. Una estupidez sin más. Pero la frase adquiere todo su sentido posteriormente, al denunciar Cantalamessa la avaricia insaciable, a la que calificó de "idolatría", y la desenfrenada codicia de dinero, como la "raíz de todos los males". Compartimos la idea, que contribuye además a aclarar que la materia y su movimiento subyace a toda realidad. Pero rechazamos tanto la veracidad de la hipotética condición privilegiada que nos achaca como la relación que pueda establecerse entre ésta y su imagen del "mal absoluto".
Comprobamos, pues, que, tras calificar de "el más abierto desafío" a su fe la campaña de publicidad emprendida por un buen número de organizaciones ateas, y tras identificarnos con las "fuerzas del mal", nos acusa además de avaros, idólatras y codiciosos.
A la vista de ello, el Observatorio Anti-Difamación Atea (OADA), reconociendo de nuevo atacada la dignidad e integridad de ateas y ateos por las declaraciones de un representante del catolicismo apostólico romano, exige al predicador Rainiero Cantalamessa una retractación pública de las declaraciones por él vertidas durante la celebración de un rito mágico ante miles de personas el pasado viernes, 10 de abril, en la basílica de san Pedro de Roma. Consideramos que dichas declaraciones favorecen actitudes discriminatorias, pudiendo constituir motivo de delito al criminalizar de ese modo a un colectivo como el nuestro. Nos reservamos además el derecho de iniciar las oportunas acciones legales contra el citado franciscano y solidariamente contra su superior, el jerarca Joseph Alois Ratzinger, alias "Benedicto XVI".
Fuentes:
10.04.09, El Confidencial: Predicador del Papa arremete contra la campaña "Probablemente Dios no existe"
11.04.09, Reuters: La campaña atea es contraproducente, dice el Predicador del Papa
11.04.09, Cope: Predicador del Papa: el ateísmo, un “lujo” que pocos se pueden permitir
Pero Cantalamessa, además, manifestó que "Cristo provoca a las fuerzas del mal" y que éstas "llevarán a su rechazo y a su eliminación". Al establecer tal paralelismo, el predicador identifica a ateas y ateos con el concepto mitológico del "mal", ubicándonos en el opuesto extremo de la beatitud divina, y transmitiendo así a su audiencia la consigna de despreciar, odiar o rechazar a quienes carecemos de su fe. El mecanismo no carece de relación con anteriores condenas y amenazas, al judío, al hereje, al comunista o al masón, lo cual nos obliga a adoptar una actitud preventiva, habida cuenta del vigor con que el catolicismo romano suele defender sus dogmas.
Entre alguna que otra disquisición pascaliana, el franciscano ha afirmado que el ateísmo "es un lujo que se pueden permitir solo los privilegiados de la vida, los que lo han tenido todo, incluida la posibilidad de dedicarse a los estudios y a la investigación". Vaya. Así que, según él, los ateos y ateas, amén de cultos, disfrutamos de una cómoda posición económica. Una estupidez sin más. Pero la frase adquiere todo su sentido posteriormente, al denunciar Cantalamessa la avaricia insaciable, a la que calificó de "idolatría", y la desenfrenada codicia de dinero, como la "raíz de todos los males". Compartimos la idea, que contribuye además a aclarar que la materia y su movimiento subyace a toda realidad. Pero rechazamos tanto la veracidad de la hipotética condición privilegiada que nos achaca como la relación que pueda establecerse entre ésta y su imagen del "mal absoluto".
Comprobamos, pues, que, tras calificar de "el más abierto desafío" a su fe la campaña de publicidad emprendida por un buen número de organizaciones ateas, y tras identificarnos con las "fuerzas del mal", nos acusa además de avaros, idólatras y codiciosos.
A la vista de ello, el Observatorio Anti-Difamación Atea (OADA), reconociendo de nuevo atacada la dignidad e integridad de ateas y ateos por las declaraciones de un representante del catolicismo apostólico romano, exige al predicador Rainiero Cantalamessa una retractación pública de las declaraciones por él vertidas durante la celebración de un rito mágico ante miles de personas el pasado viernes, 10 de abril, en la basílica de san Pedro de Roma. Consideramos que dichas declaraciones favorecen actitudes discriminatorias, pudiendo constituir motivo de delito al criminalizar de ese modo a un colectivo como el nuestro. Nos reservamos además el derecho de iniciar las oportunas acciones legales contra el citado franciscano y solidariamente contra su superior, el jerarca Joseph Alois Ratzinger, alias "Benedicto XVI".
Fuentes:
10.04.09, El Confidencial: Predicador del Papa arremete contra la campaña "Probablemente Dios no existe"
11.04.09, Reuters: La campaña atea es contraproducente, dice el Predicador del Papa
11.04.09, Cope: Predicador del Papa: el ateísmo, un “lujo” que pocos se pueden permitir
domingo, 8 de marzo de 2009
El OADA contra José Ignacio Munilla, obispo de Palencia
“Los momentos de crisis son la ocasión propicia para que algunos hagan fortuna, explotando los miedos, supersticiones, angustias y ansiedades de los que sufren”.
Suscribimos la frase, aparecida ayer en un articulillo firmado por el obispo de Palencia, asiduo columnista del ABC y del suplemento Fe y Razón. José Ignacio Munilla es un propagandista de mérito. No ha dudado en cuestionar públicamente el carácter científico de la teoría darwiniana, ni en calificar de “trastorno neurótico” a la homosexualidad. Esta denuncia sobre avariciosos que explotan los miedos y las supersticiones en beneficio propio parece extraña procediendo de alguien que consiguió una subvención de 40 millones de pesetas del Ayuntamiento de Zumárraga para construir una nueva iglesia –con vivienda incluida-. Pero no es tan abultada viga en propio ojo lo que nos irrita y nos pone cachondas/os, sino la declarada actitud ofensiva del señor obispo con respecto al ateísmo, y la equiparación que realiza entre éste y el “esoterismo de bazar”.
Los términos empleados son los siguientes:
“La ideología laicista y positivista se siente incómoda a la hora de reconocer esta paradoja: vivimos en una sociedad materialista, que hace alarde de su increencia, pero que sin embargo termina construyendo su peculiar espiritualidad a base de recetas esotéricas. El esoterismo y el ateísmo son dos cosmovisiones con muchos vasos comunicantes. En el fondo y en la práctica, la superstición es tan contraria a la fe como lo es el ateísmo. Queda patente que la credulidad y la increencia, lejos de ser dos fenómenos opuestos e incompatibles, son dos ramas de un mismo tronco: la desconfianza en Dios” (J. I. Munilla, “La Pitonisa de Endor”, en El Norte de Castilla, 06.03.09).
El Observatorio Anti-Difamación Atea (OADA) se ve en la obligación de puntualizar que NO vivimos en una sociedad materialista. De lo contrario, no triunfarían esas sectas, doctrinas y terapias espirituales que nos consideran imbéciles, ni las iglesias establecidas y ya recubiertas por un halo de respetabilidad osarían divulgar sus códigos morales con tanta arrogancia. Y, sobre todo, que el “esoterismo” y el “ateísmo” NO son cosmovisiones coincidentes. La geometría del cura donostiarra traza un segmento erróneo, en cuyo punto de equilibrio sitúa a su “dios”, balsa equidistante entre la credulidad y la increencia… ¿Nos toma por idiotas? El neoespiritualismo no es más que un subproducto religioso, tan similar al cristianismo que incluso comparte con él muchos aspectos fundamentales: creencia en el más allá, escatologías de “salvación”, espejismos de superioridad moral, sumisión a poderes celestiales, dominio de castas chamánicas o sacerdotales, prácticas y ritos mágicos, conjuras y oraciones a criaturas fantásticas, etc.
El imaginario católico exige la misma credulidad o más que el imaginario de la New Age. Se trata de la misma sopa, con diferente envoltorio y con distinto marketing, pero con el mismo sabor: el de la adoración de lo no real. La racionalidad atea es por tanto el opuesto extremo de tales neurosis. La superstición no es contraria a la fe, sino sinónimo de fe. O, más bien, la fe es una superstición socialmente aceptada.
El OADA, por ello, considera probado que el obispo Munilla ha difamado al ateísmo al otorgarle vasos comunicantes con el pensamiento mágico y la superstición, RECHAZA firmemente sus afirmaciones y le EXIGE una retractación pública.
Asimismo, RECLAMA al diario “El Norte de Castilla” el derecho a réplica y la publicación de este comunicado.
Nota personal para el obispo Munilla:
Quid autem vides festucam in oculo fratris tui, trabem autem, quae in oculo tuo est, non consideras? Quomodo potes dicere fratri tuo: “Frater, sine eiciam festucam, quae est in oculo tuo”, ipse in oculo tuo trabem non videns? Hypocrita, eice primum trabem de oculo tuo et tunc perspicies, ut educas festucam, quae est in oculo fratris tui (Lc., 6, 41-42).
http://defensa-atea.blogspot.com
sábado, 7 de marzo de 2009
OADA. Comunicado nº 2
Desde la FIdA y el Observatorio Anti-Difamación Atea (OADA) queremos expresar, a quienes se han dirigido a nosotras/os por mediación del formulario de contacto de la OADA o por la sección de comentarios de la web, nuestra sincera gratitud por vuestras palabras de apoyo.
Como toda táctica de provocación, el OADA precisará en adelante de colaboraciones en forma de ideas incisivas y de agit-prop. El escenario de la contienda constituye un peligroso preámbulo hacia esa Nueva Edad Media en la que desean recluirnos los fanáticos de la religión y del pensamiento mágico. Sabéis que las hordas de la teocracia afilan sus navajas y se organizan aritméticamente en cofradías jurídicas y en seminarios inquisitoriales. Nuestra respuesta, meditada lo mínimo posible, consistirá en iluminar en público la insensatez del contexto neo-gótico en que se mueven los victimistas, en reflejar de una forma grotesca sus ambiciones de censura.
Tenemos muy claro que una dialéctica contraria a la “difamación” es patrimonio de la reacción contra la cultura y la inteligencia. Lo que desearíamos es un espacio total en el que la libertad coincidiera con el derecho; un marco social en el que la expresión, el lenguaje y el arte no se vieran sometidos a códigos coactivos. La blasfemia es cultura. Nadie tiene argumentos para rebatir esto.
Pero cuando los cruzados asumen como intocables algunos de sus dogmas fantásticos, lo que están reclamando, en realidad, es el retorno de un feudalismo ideológico que preserve y universalice sus pequeños valores. Esto, que podría no constituir más que una curiosidad antropológica, representa hoy un peligro real. El OADA surge como un reclamo paródico con intención de ilustrar este peligro, que es, sin duda, el de la barbarie, el del espíritu voraz del fanatismo religioso.
“Ilustración significa el abandono por parte del hombre de una minoría de edad cuyo responsable es él mismo. Esta minoría de edad significa la incapacidad para servirse de su entendimiento sin verse guiado por algún otro”. Así comenzó Kant su respuesta a “Qué es la Ilustración”. Comprobar que, en la actualidad, Kant puede sonar incluso revolucionario indica muy a las claras el retroceso ante el cual nos encontramos.
Acerquémonos al abismo. Observémos el sentido de tantos “Observatorios religiosos” que, como mirillas giratorias, detectan el sonido de la crítica, prestas a emitir sirenas de autocompasión o a disparar proyectiles de cólera. Su comportamiento histérico nos chirría. Siglos de totalitarismo sustentan su queja. Artilugios de tortura nos vienen a la memoria. Y ellos, ellos, se golpean ahora el pecho y juran ser las víctimas de la historia.
Divirtámonos con este juego. Señalemos con el dedo su alienación. Hagamos un ejercicio de finura, aparentando ser tanto o más vulnerables. Rechacemos en voz alta la estrategia del beaterío por medio de la ficción difamatoria. Y estaremos, simultáneamente, exigiendo respeto, defendiendo la necesidad de que toda idea sea libremente cuestionada, toda realidad sujeta a crítica, todo dogma descubierto.
Es lo que queremos.
El Equipo del Observatorio Anti-difamación Atea (OADA)
http://defensa-atea.blogspot.com/
Federación Internacional de Ateos (FIdA)
http://www.federacionatea.org/
Como toda táctica de provocación, el OADA precisará en adelante de colaboraciones en forma de ideas incisivas y de agit-prop. El escenario de la contienda constituye un peligroso preámbulo hacia esa Nueva Edad Media en la que desean recluirnos los fanáticos de la religión y del pensamiento mágico. Sabéis que las hordas de la teocracia afilan sus navajas y se organizan aritméticamente en cofradías jurídicas y en seminarios inquisitoriales. Nuestra respuesta, meditada lo mínimo posible, consistirá en iluminar en público la insensatez del contexto neo-gótico en que se mueven los victimistas, en reflejar de una forma grotesca sus ambiciones de censura.
Tenemos muy claro que una dialéctica contraria a la “difamación” es patrimonio de la reacción contra la cultura y la inteligencia. Lo que desearíamos es un espacio total en el que la libertad coincidiera con el derecho; un marco social en el que la expresión, el lenguaje y el arte no se vieran sometidos a códigos coactivos. La blasfemia es cultura. Nadie tiene argumentos para rebatir esto.
Pero cuando los cruzados asumen como intocables algunos de sus dogmas fantásticos, lo que están reclamando, en realidad, es el retorno de un feudalismo ideológico que preserve y universalice sus pequeños valores. Esto, que podría no constituir más que una curiosidad antropológica, representa hoy un peligro real. El OADA surge como un reclamo paródico con intención de ilustrar este peligro, que es, sin duda, el de la barbarie, el del espíritu voraz del fanatismo religioso.
“Ilustración significa el abandono por parte del hombre de una minoría de edad cuyo responsable es él mismo. Esta minoría de edad significa la incapacidad para servirse de su entendimiento sin verse guiado por algún otro”. Así comenzó Kant su respuesta a “Qué es la Ilustración”. Comprobar que, en la actualidad, Kant puede sonar incluso revolucionario indica muy a las claras el retroceso ante el cual nos encontramos.
Acerquémonos al abismo. Observémos el sentido de tantos “Observatorios religiosos” que, como mirillas giratorias, detectan el sonido de la crítica, prestas a emitir sirenas de autocompasión o a disparar proyectiles de cólera. Su comportamiento histérico nos chirría. Siglos de totalitarismo sustentan su queja. Artilugios de tortura nos vienen a la memoria. Y ellos, ellos, se golpean ahora el pecho y juran ser las víctimas de la historia.
Divirtámonos con este juego. Señalemos con el dedo su alienación. Hagamos un ejercicio de finura, aparentando ser tanto o más vulnerables. Rechacemos en voz alta la estrategia del beaterío por medio de la ficción difamatoria. Y estaremos, simultáneamente, exigiendo respeto, defendiendo la necesidad de que toda idea sea libremente cuestionada, toda realidad sujeta a crítica, todo dogma descubierto.
Es lo que queremos.
El Equipo del Observatorio Anti-difamación Atea (OADA)
http://defensa-atea.blogspot.com/
Federación Internacional de Ateos (FIdA)
http://www.federacionatea.org/
miércoles, 4 de marzo de 2009
El OADA contra William Levada y Marcelino Oreja
El Cardenal William Levada, titular de la Congregación para la Doctrina de la Fe (la moderna Inquisición, sita en la Piazza del Santo Ufficio de Roma), dijo el martes pasado que la Iglesia católica no se opone a las realidades científicas como la evolución, pero consideró "absurda y no demostrada en absoluto" la pretensión atea -mencionando específicamente los trabajos del biólogo Richard Dawkins- de que ésta demostrara la inexistencia de su dios. Lo hizo durante una conferencia patrocinada por el Vaticano en conmemoración del 150 aniversario de "El origen de las especies" de Charles Darwin. "Creemos que, comoquiera que la creación haya devenido y evolucionado, en definitiva Dios es el creador de todas las cosas", afirmó, tan ufano él. En referencia al debate sobre la enseñanza del creacionismo en las escuelas en Estados Unidos, el cardenal Levada se limitó a decir que "el Vaticano escucha y aprende".
Días atrás, el ex ministro español Marcelino Oreja criticó al actual Gobierno por su "ofensiva laicista" durante un acto presidido por dos representantes de la monarquía, famosos por haber protagonizado no hace mucho una portada de la revista satírica "El Jueves", censurada por ridiculizar a la familia real. Oreja destacó la importancia de instituciones como la Universidad del CEU y la Asociación Católica de Propagandistas para contrarrestar la actual "extensión del ateísmo" en España y las "alteraciones profundas" que este fenómeno provoca en la sociedad española. En dicho acto estaban presentes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el cardenal Antonio María Rouco y el nuncio del Vaticano, Manuel Monteiro.
En ambos casos se acusa al ateísmo de "absurdo" y de constituir un peligro para la convivencia. Desde el OADA, queremos manifestar lo siguiente:
Ninguna teoría científica dice ni demuestra nada sobre esos dioses a quienes se atribuyen poderes paranormales. El evolucionismo de Darwin únicamente da una explicación natural a muchas pretendidas demostraciones de la existencia de seres sobrenaturales. La posición vaticana es, en este sentido, claramente creacionista, se mire como se mire, lo que implica una oposición frontal con respecto al método científico. Decir, entonces, que es "absurdo" rechazar una creencia religiosa cualquiera equivale a afirmar que tal creencia es intrínseca y claramente racional, lo que no es ni será jamás el caso. Por el contrario, la fe es en sí misma un fenómeno "absurdo y no demostrado en absoluto", por utilizar sus mismas palabras, o, si se quiere, retomando un dicho del catolicísimo y ortodoxo Tertuliano, "credo quia absurdum".
En cuanto a la amenazadora realidad a la que aludió el Sr. Oreja, sentimos discrepar profundamente. El auge de los fundamentalismos religiosos, con su secuela de muertes, discriminaciones, injusticias y ambiciones políticas varias, demuestra que el verdadero peligro social reside en la expansión de tales creencias dogmáticas, y no en el avance de la racionalidad y el pensamiento crítico.
Por todo ello, desde el Observatorio Anti-Difamación Atea (OADA) exigimos públicas disculpas y una retractación tanto al Inquisidor General como al ex-ministro demócrata-cristiano, por difamar a la ciencia y al ateísmo. Sin cortarnos ni un pelo.
Días atrás, el ex ministro español Marcelino Oreja criticó al actual Gobierno por su "ofensiva laicista" durante un acto presidido por dos representantes de la monarquía, famosos por haber protagonizado no hace mucho una portada de la revista satírica "El Jueves", censurada por ridiculizar a la familia real. Oreja destacó la importancia de instituciones como la Universidad del CEU y la Asociación Católica de Propagandistas para contrarrestar la actual "extensión del ateísmo" en España y las "alteraciones profundas" que este fenómeno provoca en la sociedad española. En dicho acto estaban presentes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el cardenal Antonio María Rouco y el nuncio del Vaticano, Manuel Monteiro.
En ambos casos se acusa al ateísmo de "absurdo" y de constituir un peligro para la convivencia. Desde el OADA, queremos manifestar lo siguiente:
Ninguna teoría científica dice ni demuestra nada sobre esos dioses a quienes se atribuyen poderes paranormales. El evolucionismo de Darwin únicamente da una explicación natural a muchas pretendidas demostraciones de la existencia de seres sobrenaturales. La posición vaticana es, en este sentido, claramente creacionista, se mire como se mire, lo que implica una oposición frontal con respecto al método científico. Decir, entonces, que es "absurdo" rechazar una creencia religiosa cualquiera equivale a afirmar que tal creencia es intrínseca y claramente racional, lo que no es ni será jamás el caso. Por el contrario, la fe es en sí misma un fenómeno "absurdo y no demostrado en absoluto", por utilizar sus mismas palabras, o, si se quiere, retomando un dicho del catolicísimo y ortodoxo Tertuliano, "credo quia absurdum".
En cuanto a la amenazadora realidad a la que aludió el Sr. Oreja, sentimos discrepar profundamente. El auge de los fundamentalismos religiosos, con su secuela de muertes, discriminaciones, injusticias y ambiciones políticas varias, demuestra que el verdadero peligro social reside en la expansión de tales creencias dogmáticas, y no en el avance de la racionalidad y el pensamiento crítico.
Por todo ello, desde el Observatorio Anti-Difamación Atea (OADA) exigimos públicas disculpas y una retractación tanto al Inquisidor General como al ex-ministro demócrata-cristiano, por difamar a la ciencia y al ateísmo. Sin cortarnos ni un pelo.
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